Se trata de un exponente ineludible de la renovación de la canción rioplatense de las últimas décadas. Inicia un viaje para presentarlo por España.
Como promete el título, En casa permite entrar al mundo íntimo de Nacho Rodríguez: canciones cuya instrumentación sugiere ambientes domésticos, una atmósfera casera que permite escuchar bien de cerca la calidez de una voz y una guitarra apenas acariciada.
Desvestidas de sus adornos, las canciones revelan un esqueleto firme, estructuras clásicas y simples aprendidas en cantautores emblemáticos como Atahualpa Yupanqui, Caetano Veloso, Luca Prodan o Eduardo Mateo, pero también en pares admirados como Coiffeur y Diosque (de quien versiona “Tren de la Lucila”).
Los protagonistas constantes son Nacho y la guitarra, pero los personajes invitados también se lucen. En “Siempre con vos” se suma un piano impresionista de Fer Isella y de repente el ambiente es un salón otoñal. En otros temas, como “Marta” y “Leyendo” (un cover de los Héroes de la Magia y el Volumen) aparecen guitarras eléctricas con trémolos ominosos que evocan un ambiente de western o de policial negro.
Además de las versiones de joyas propias (favoritos de Onda Vaga como “Rendición” o “La ronda”) y ajenas (la legendaria “Quizás porque” de Sui Generis; la conmovedora “Para Xo”, de Moreno Veloso), En casa también presenta un tema hasta ahora no grabado, “Abandonadito”, que con guitarra y voz al trote firme, narra escenas cotidianas y un deseo de mejorar para recuperar a alguien.
En “Tranqui”, al cuatro venezolano y la voz de Nacho se le suma un tiple colombiano con un arreglo preciso y alentador, y se encuentran con el canto luminoso de Cata Rec en una síntesis perfecta de la búsqueda del disco de encontrar sosiego y belleza en el espacio propio —en la casa grande, la casa una.