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El niño que se convirtió en “el padre del soul”

Desde que perdió la visión pudo avanzar en el mundo de la música gracias al sistema Braille. Su orfandad y su pelea por desterrar la discriminación

Ray Charles, “el padre del soul”, nació hace 95 años en Albany, Georgia, el 23 de septiembre de 1930, en medio del clima hostil de la Gran Depresión. Su niñez transcurrió en Greenville, Florida, bajo condiciones de miseria tan profundas que, el músico las describió en su autobiografía de la siguiente manera: “Éramos pobres con P mayúscula. Incluso en comparación con otros negros de Greenville, estábamos en lo más bajo de la escala social, y todos los demás estaban por encima. Debajo de nosotros solo estaba el suelo”.

Ese entorno lo enfrentó desde temprano a duros golpes personales: la ausencia repentina de su padre y la tragedia de perder a su hermano menor, quien murió ahogado en una pileta frente a su cara.

El deterioro de su visión comenzó a una edad temprana, progresando hasta dejarlo completamente ciego a los siete años; un glaucoma habría sido la causa de ese proceso irreversible. Cuando tenía quince años, la muerte de su madre profundizó la sensación de una juventud marcada por la pérdida y la desprotección. Una fotografía de 1944 lo muestra junto a su madre, Aretha, y esa es una de las pocas presencias cálidas y sólidas en esa etapa crucial.

A pesar de todo, la música fue un refugio precoz. “Nací con la música adentro”, escribió alguna vez. Un vecino fue quien lo acercó por primera vez a un piano cuando apenas tenía tres años. Aretha, su madre, lo impulsó a ingresar en la Escuela de Sordos y Ciegos de Florida, en Saint Augustine, donde aprendió a tocar el instrumento valiéndose de la notación Braille. Al morir su madre, Charles dejó la escuela y emprendió la ardua tarea de ganarse la vida únicamente como músico en el circuito local, donde primaba la influencia estilística de Nat King Cole en sus primeras presentaciones como pianista y cantante.

La transición hacia los inicios profesionales y el descubrimiento del soul ocurrió tras trasladarse a Seattle. Allí formó su primer trío de rhythm and blues, ensayando un sonido propio. En 1949 firmó su primer contrato discográfico: de esa etapa surgió su primer tema propio, “Confession Blues”, que logró colarse, de manera modesta, en los rankings musicales estadounidenses.

El giro fundamental en su carrera se verificó en 1952, cuando fue fichado por Atlantic Records, el sello fundado por Ahmet Ertegun. Bajo la tutela del productor Jerry Wexler, quien prefería darle máxima libertad creativa, Ray Charles fue puliendo una fusión única de góspel, jazz y blues que confluiría en la canción “I’ve Got A Woman”, considerada por muchos el punto de partida del soul. Su consagración definitiva arribó en 1959 con “What’d I Say”, obra nacida de la improvisación en escena, sostenida por un riff de piano eléctrico y elementos de ritmo latino. La aceptación del público fue inmediata y tan categórica que se convirtió en un verdadero éxito de Ray Charles.

Los años de consolidación e innovación artística se vieron marcados por su traslado al sello ABC-Paramount en 1959. Allí, Ray Charles negoció condiciones económicas inéditas para un afroamericano: un adelanto sustancial, mejores regalías y los derechos sobre sus grabaciones, junto a control total sobre su material. Con ellos grabó Georgia On My Mind, canción compuesta en 1930 por Hoagy Carmichael Stuart Gorrell, y que en 1979 fue designada himno oficial del estado de Georgia.

En el rubro cruce de géneros y contribución a la integración social, Modern Sounds in Country and Western Music (1962) significó otro hito. En ese álbum, Ray Charles conquistó al público tanto blanco como negro, fusionando géneros usualmente asociados a comunidades diferentes.

El éxito de ventas y en los escenarios evidenció un fenómeno social: antes de que las leyes promovieran la igualdad, la música había ejercido el rol de catalizadora de la integración. Mientras la educación y el transporte seguían segregados, los discos y los conciertos comenzaban a amalgamar a los jóvenes antes separados.

La crónica de los últimos años y homenaje póstumo de Ray Charles concluye con su muerte, el 10 de junio de 2004, a causa de una insuficiencia hepática. Luego de haber estado sometido en su juventud a la pobreza más cruda y a una prolongada lucha contra la adicción a la heroína, siguió activo profesionalmente hasta sus últimos días; meses antes de su fallecimiento se estrenó Ray, la película biográfica protagonizada por Jamie Foxx.

Fuente: Infobae

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